Ante un estadio con amplia mayoría de hinchas argentinos, se impuso 2 a 1 ante los «Aussies» que casi empatan en la última jugada. Messi y Álvarez, los goles. Ahora se encuentra entre los ocho mejores y va mano a mano con Países Bajos. El festejo de la gente, una locura.
De la mano de Lionel Messi Argentina ya se encuentra en cuartos de final del mundial de Qatar 2022 luego de una victoria con muchas emociones encontradas porque pudo golear y terminó sufriendo en última pelota de manera increíble. Fue victoria 2 a 1 ante una expeditiva Australia en el estadio Ahmed Bin Ali con el acompañamiento más que masivo de hinchas argentinos, que terminaron celebrando pero con euforia contenida, porque al final pudo ser un infarto.
Al final del partido los jugadores se abrazaron y festejaron como si fueran hinchas, como locos, mientras de fondo la tribuna no paró de gritar y alentar, dando muestras de la comunión y el idilio creado por esta generación con una locura mundialista especial.
Ahora en el horizonte aparece Países Bajos que derrotó sin complicaciones a Estados Unidos, y que promete ser un rival más duro, táctico y sobre todo con mucho sabor a historia.
El trámite no fue vistoso y sí muy físico sobre todo de parte de los de Oceanía, que mordían en cada cruce, entendiendo que con presión y quitando espacios iban a poder neutralizar el juego de Argentina. Y lo consiguieron por momentos porque los de Scaloni no fueron directos en el juego y lateralizaron en exageración, en busca de algún hueco defensivo. De hecho hasta esa mitad, solo hubo un intento de Alejandro Gómez, por arriba del travesaño.
Hasta que apareció Messi. Había tenido poca precisión hasta que una jugada entre Mac Allister y Messi llegó al gol, previo toque atrás de Nicolás Otamendi, sorpresa en zona de ataque. Un gol con sutileza fiel a su estilo, al lado del palo. Un gol que rompió el tablero y abrió espacios para que el partido sea otro. Y desde las tribunas, se desató un delirio que acompañó al equipo como un anabólico fundamental.
Australia y su dignidad salieron con todo en el complemento, a seguir presionando, sobre todo en cada pelota sobre el arquero Emiliano Martínez y hubo dos que se resolvieron in extremis, abriendo paréntesis sobre si es necesario jugar tanto con el arquero en esas situaciones extremas. Entonces Scaloni mandó a la cancha a Lisandro Martínez para armar línea de cinco o tres zagueros (esta vez los laterales no estuvieron tan retrasados y fueron más carrileros) y el equipo ganó más peso ofensivo.
Sin embargo el gol llegó por presión al arquero Ryan, que nadie lo pudo rescatar para que Julián Álvarez, de poca acción con pelota, pudiera robar la pelota y marcar, pero gran mérito de ese tanto es de De Paul, sin dajarle cómoda la pelota. El cordobés de Calchín hizo un tremendo desgaste sobre la salida, que al final tuvo su premio.
Pero cuando todo pintaba para goleada, llegó el descuento de Goodwin, en un remate que se desvió en Enzo Fernández y se coló junto a un palo, para encender alarmas. Entonces Scaloni mandó a la cancha a Exequiel Palacios para equilibrar y hacer circular el balón más los cambios lógicos en los laterales (Entraron Montil y Tagliafico) para contener un poco la enjundia del rival en su heroica. Y encima casi consigue el empate en una acción punzante individual de Behich, que tapó milagrosamente Lisandro Martínez, algo que no hubiera quedado a tono con el juego pero que nadie está exento de que suceda.
La última quedó en los pies de Lautaro Martínez, en una gran acción individual de Messi, aunque el delantero de Inter la mandó por encima del travesaño, agudizando su crisis. Tuvo revancha otra vez con la misma gentileza pero tapó Ryan esta vez. Y en el final el traje de héroe se lo puso Emiliano Martínez, tapando el disparo de Kuol, algo que debería darle preocupación a Scaloni cuando pase la euforia y la espuma.
Argentina está entre los ocho mejores del mundo y apunta a seguir creciendo, con Messi como antorcha inicial, pero bien acompañado en el juego de hoy por Cristian Romero, Enzo Fernández y hasta el propio De Paul, que levantó en su juego. Ahora comienza la hora de la verdad, y la Selección llega con envión y autoestima alta.
Fuente:lmdiario