«En la vereda de enfrente está el enemigo», afirmó el senador cordobés, que integra el bloque del Pro en la Cámara Alta, para justificar su alineación sin condiciones al oficialismo. Además, cuestionó a Victoria Villarruel por la interna que mantiene con Javier Milei.
En una entrevista con La Nación +, el senador cordobés Luis Juez, que integra el bloque del Pro en la Cámara Alta, le restó gravedad al ultimátum planteado por el presidente Javier Milei al «partido amarillo» y a Mauricio Macri para que se alinee con el oficialismo de cara a las elecciones legislativas de 2025.
En el mismo párrafo, el también ex candidato a gobernador adelantó que sin pedir nada a cambio, su partido provincial, el Frente Cívico, acompañará el año que viene a La Libertad Avanza en las elecciones para renovar bancas en el Congreso.
«No soy un dirigente del Pro y no me siento intimado con las declaraciones del Presidente. Comparto lo que dijo. En la vereda de enfrente está el enemigo. Nosotros somos un partido provincial en Córdoba y ya hemos decidido acompañar a La Libertad Avanza. Me parece lógico e inteligente que el Gobierno pueda tener estructura propia para confluir en una alianza parlamentaria. Me parece constructivo. No debería ser un tema que traiga complicaciones, si actuamos con generosidad e inteligencia», expresó.
Según Juez, la definición de «dónde está el enemigo», ayuda a «disimular y emprolijar dificultades y puntos de vista; limar asperezas y mirar el futuro con esperanzas».
También aludió Juez a la interna a cielo abierto que vienen atravesando Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel, que preocupa a algunos sectores del oficialismo, respecto a posibles rupturas que pudieran suscitarse, de cara a las elecciones próximas.
En ese marco, Juez responsabilizó directamente a Villarruel, sobre quien dijo que sólo debe seguir los lineamientos planteados por Javier Milei, sin ofrecer resistencias: «El vicepresidente tiene un rol que es cumplir la tarea que el presidente le delega en el Senado de la Nación. Lo he hablado muchas veces con la vicepresidenta, que complica el escenario legislativo y nos invisibiliza. Hay un montón de discusiones que podríamos haber iniciado, pero estas peleas generan invisibilidad en el Parlamento. El vicepresidente no tiene otro destino que acompañar la suerte del presidente».
Por último, respecto a las peleas internas del oficialismo, que van más allá de la disputa Milei – Villarruel, no ahorrando elogios para la gestión nacional, exhortó a «bajar los decibeles y no generar conflictividad».
«Los argentinos necesitan que nos concentremos, acompañando al Gobierno que está teniendo un montón de aciertos. Hay números que son maravillosos. El Presidente estuvo en la Bolsa de Comercio de Córdoba y la rompió. Estaba todo el empresariado. Todos saben que hay una recesión, pero los indicadores de la macroeconomía generan un altísimo nivel de esperanza. Hay que acompañar esa reconstrucción de esperanza. Las peleas y las internas me parecen un desatino absoluto», apuntó.
Finalmente, consultado sobre el gobierno de Axel Kicillof, en la provincia de Buenos Aires; vinculó causalmente al justicialismo con el «clientelismo político»; y justificó con este argumento sus derrotas electorales en las sucesivas oportunidades en las que disputó la gobernación de Córdoba. «Le explicás a la gente y le volvés a explicar que si votás ladrones, te van a seguir robando; pero el clientelismo político hace que todas las presunciones sean incorrectas en términos electorales», dijo.