Increíble el dramatismo con el que se vivieron los últimos minutos entre Ghana y Uruguay, un partido con sabor a épica que terminó en decepción para los Charrúas que habían dominado y que al final, quedaron masticando la bronca. Cumplieron con los papeles, vencieron 2 a 0 a Ghana pero como Corea del Sur superó en tiempo de descuento a Portugal, pasaron los asiáticos. Empataban en puntos y diferencia de goles, pero como los coreanos metieron más goles, terminaron acreditando la clasificación a octavos de final de Qatar 2022.
Puro espíritu y garra para los uruguayos, que fueron creciendo en cancha en detrimento de la depresión ghanesa, que nunca se repuso del penal errado y la «celeste» sacó provecho de esa situación para lograr el primer festejo del mundial. Fue victoria 2 a 0 ante Ghana pero no hay sonrisa, por resultado ajeno.
La diferencia del juego fue el aplomo y la experiencia de Luis Suárez, clave en los dos goles, y el olfato de alguien que pedía titularidad a gritos como Georgyan De Arrascaeta, precisamente autor de los goles. Uruguay llegaba necesitado y sin convertir goles, por eso el DT Alonso otra vez modificó el tablero, el sistema y nombres,
buscando llegar a la pólvora perdida. Con nombres como Suárez, Cavani, Gómez, Darwin Núñez De Arrascaeta, era inentendible las pocas chances de gol que generó en lo que transita de la copa del mundo.
Pero la jugada clave llegó en su propio arco. El esperpento del VAR vio un penal inexistente del arquero uruguayo a Kudus, que toca la pelota antes pero luego se deja caer antes del contacto. Pero apareció la garra, el «arriba la celeste» de siempre y Rochet se puso el traje de salvador tapando el penal displicente de André Ayew, que pareció nervioso, amedrentado y sin ganas de ejecutarlo.
Claro ahí creció Uruguay. Se fortaleció y Ghana nunca superó ese golpe anímico, al contrario, cayó en un bajón del que nunca supo recomponerse de ese impacto. Hasta que apareció la humanidad de Suárez, aguantando la pelota como nunca, imbatible, para la apertura del marcador. Primero aguantando, amagando y rematando para que el rebote del arquero Ati se la dejara servida a De Arrascaeta. Y minutos después, otra vez el hombre de Flamengo metió una volea tras un pase de Suárez para sellar el partido, para que desde las tribunas el «Uruguay nomá» sonara más fuerte que nunca en el estadio que tiene forma de concha marina.
Sin embargo desde otro estadio llegó el gol de Corea y no quedaba otra que ir con todo. Ya sin De Arrascaeta en cancha. El dramatismo y el nerviosismo con el que se jugaron los minutos finales fue tremendo. El arquero Ati le tapó remates a Valverde, Gómez y una de cabeza a Cavani.
Más la última del partido, con el tiro libre de De La Cruz. Y así el resultado no se movió y el festejo es coreano. Muy similar a lo que ocurrió en Corea-Japón 2002, con ese empate contra Senegal y la que falló en el final el «Chengue» Morales. Uruguay de esta forma despide a una generación que los invitó a soñar, que trajo galardones pero que hoy en Qatar 2022 se tuvieron que ir en silencio, a pesar de ganar.
FUENTE.LMDIARIO