Se trata de los agentes David Sanabria y Martín Colautti. Los imputaron por agredir a patadas y trompadas a un hombre demorado en la Departamental. Los médicos tuvieron que reconstruirle la mandíbula con la ayuda de una prótesis.
Los dos policías señalados como autores de la feroz golpiza que le provocó una fractura de mandíbula a un hombre demorado en la Departamental de Policía de Río Cuarto quedaron acusados de vejaciones.
Se trata de los agentes David Sanabria y Cristian Colautti, quienes la semana pasada habían sido separados de la fuerza por el Tribunal de Conducta Policial, junto con otros dos uniformados.
Fue después de que la pareja de Carlos Galíndez denunciara en la Justicia que su esposo, un plomero de Río Segundo de 42 años, fue golpeado salvajemente en el interior de la comisaría del centro de la ciudad, la madrugada del domingo 17 de enero.
Señaló que en la noche del sábado viajaban en dirección a Córdoba y decidieron estacionar en la banquina para que la mujer pudiera orinar. A los pocos minutos, los policías los detuvieron, porque los vincularon con otro vehículo que también se detuvo en el sector de la ruta A005 antes de llegar al Puente Islas Malvinas.
Se trataba de un auto que los patrulleros venían persiguiendo por unos hechos de robo denunciados en las localidades de Berrotarán y Gigena.
Una vez en la alcaidía, Galíndez se negó a firmar un acta que tenía un espacio en blanco y esa actitud habría generado la incomprensible reacción de los policías.
El relato de la mujer, unido a las fotografías que mostraban los moretones y la hinchazón en el rostro de Galíndez, generaron una ola de repudio que llegó a las más altas esferas del gobierno provincial.
Tanto es así, que el ministro de Seguridad Alfonso Mosquera propició penas ejemplares para los policías, desde su cuenta de Twitter.
Producto de los golpes, Galíndez tuvo que ser internado en el Hospital Allende donde, a mediados de la semana pasada, lo operaron para reconstruirle la mandíbula con una prótesis.
El hecho que inicialmente fue denunciado en una fiscalía cordobesa, recaló en la Fiscalía de Tercer Turno a cargo de Fernando Moine. Tras recibir el testimonio que Jorgelina, la esposa de Galíndez, había hecho en Córdoba, Moine recolectó documentación en la alcaidía y ayer decidió la imputación de Sanabria y Colautti, por vejaciones calificadas y falsedad ideológica, delitos que se agravan por ser cometidos en coautoría por funcionarios públicos.
Ambos ya habían sido pasados a situación pasiva por el Tribunal de Conducta Policíal que, en el mismo acto, también decidió apartar provisoriamente a la agente Daiana Rojo y a Facundo Ceballos.
Moine analizó el comportamiento de estos dos últimos uniformados y decidió que Rojo debía responder por encubrimiento agravado en concurso ideal con falsedad ideológica agravada.
El fiscal colocó a la mujer en el lugar de los hechos y le atribuyó no haber hecho nada para impedir que Galíndez sea golpeado en plena alcaidía.
Diferente fue su postura respecto al cuarto policía apartado de la fuerza, Facundo Ceballos. Inicialmente, en Córdoba decidieron incluirlo en la lista de agentes sospechados, porque su nombre figuraba en el listado de guardia de ese día. Pero la fiscalía entendió que hasta el momento no existe ningún elemento de prueba que amerite una imputación en su contra.
En diálogo con Puntal, el abogado Matías Ceballos había asegurado que su hermano Facundo no se encontraba en la departamental en el momento en que se produjo la inexplicable agresión contra Galíndez, por lo tanto, la decisión disciplinaria no debió alcanzarlo a él.
Fuente: Puntal.com